Este artículo recoge información sobre tres estudios realizados a niños y adolescentes que sostiene que jugar a videojuegos violentos tiene efectos negativos en los menores. Pero no hay que generalizar el resultado, puesto que un niño/adolescente no violento no se va a convertir en una persona capaz de matar.
Personalmente, como niño que ha crecido jugando a videojuegos, no estoy de acuerdo con el resultado del estudio, dado que ni amigos (que también ha sido niños que han crecido con los videojuegos) ni yo nos hemos convertido en personas agresivas.
Más bien pienso que para la mayoría de niños los videojuegos son una vía de escape para evadirse de la realidad, aunque todo en exceso es malo. Los padres deberían, no controlar, pero sí estar más pendientes de cuales son los videojuegos a los que juega su hijo y su contenido, así cómo su tipo de conducta para evitar que el niño se convierta en una persona agresiva
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